El Día Mundial del Agua, que se celebra cada 22 de marzo desde 1993, es una celebración anual de las Naciones Unidas que se centra en la importancia del agua dulce.
El Día Mundial del Agua celebra el agua y conciencia sobre los 2.200 millones de personas que viven sin acceso a agua potable. Su objetivo es tomar medidas para abordar la crisis mundial del agua.
Esta celebración tiene un tema distinto cada año. Así, en 2024, éste fue Aprovechar el Agua para la Paz. En 2025, el tema será la Preservación de los Glaciares.
¿Por qué debemos preservar los glaciares?
Los glaciares son ríos de hielo, a menudo cubiertos de nieve, que descienden lentamente de zonas montañosas por un valle y cuyas aguas de deshielo fluyen ladera abajo.
Los glaciares son un componente esencial del ciclo del agua: proporcionan un flujo de agua dulce vital para los sistemas de agua potable y saneamiento, la agricultura, la industria y la producción de energía limpia, que además es esencial para la salud de los ecosistemas.
Los glaciares se están derritiendo más rápido que nunca, una señal alarmante del impacto del cambio climático. A medida que la temperatura del planeta sigue en aumento, nuestro patrimonio helado se reduce drásticamente, alterando el ciclo del agua y volviéndolo cada vez más impredecible.
Las consecuencias ya son evidentes: miles de millones de personas enfrentan los efectos de estos cambios en los flujos de agua de deshielo, lo que provoca crecidas, sequías, deslizamientos de tierra y una preocupante subida del nivel del mar.
En este contexto, los esfuerzos conjuntos para mitigar el cambio climático y adaptarnos a sus efectos deben considerar la conservación de los glaciares como una prioridad absoluta. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es fundamental para ralentizar su retroceso, al igual que una gestión más sostenible del agua de deshielo.
Salvar nuestros glaciares no es solo una cuestión ambiental, sino una estrategia de supervivencia para el planeta y todos sus habitantes.
Fuente: Naciones Unidas
